jueves, 6 de septiembre de 2007

Las tortillas de harina

Hay quienes dicen que su origen está en Sonora o que es chino. Otros afirman que fue casi simultáneo a la conquista, algunos que fue en Texas y Nuevo México. (hago notar que esos estados eran aún parte de nuestro territorio). Será muy difícil determinar en que lugar específico se inventaron. Hay quienes las ven como herencia sefardita y sitúan en Nuevo León su nacimiento.
Lo que es claro es que fue un accidente cultural, un sincretismo gastronómico casual.
Creo, en primer lugar que fueron inventadas por los hombres, vaqueros o pastores; en segundo lugar, en viajes largos y continuos, en que no había tiempo de hacer el nixtamal, molerlo y echar tortillas. Recuerdo que en casa de mi abuela y en la de mis padres, había la consabida tabla y el palote. Ahora me pregunto porqué si había mesas en que poder extenderlas eran necesarias las tablas. Recuerdo que en primer año de secundaria, en el taller de carpintería, a fin de cursos presentábamos nuestros trabajos. Los mas flojos, entre ellos yo, solo hacíamos un palote y una tabla o ya muy matados un burro de planchar.
Un palote y una tabla son instrumentos portátiles y si los combinamos con esas bandejas de lámina galvanizada del "5", un comal de fierro vaciado, un saco de harina de 25kg, una lata de manteca de 25 l, sal y polvo de hornear, tenemos todo para hacer tortillas de harina en cualquier lugar del camino por un mes. Si todo lo echamos en un guayín tirado por dos mulas, en el que va un barril de chicharrones, una bala de carne seca, un viejo cocinero, por supuesto un perro caminando bajo la carreta y oyen mugidos de vacas o balidos de borregos camino a mejores pastos, entoces sabremos que las tortillas de harina son cosa de hombres de campo aunque a las mujeres les salen mejor.