sábado, 25 de agosto de 2007

LA BODA

A mi abuelo le gustaban los Alegres de Terán y los Montañeses del Álamo. Tocaba el acordeón y la armónica en las bodas y tornabodas, tres días de fiesta era lo acostumbrado en los ranchos. Cerveza, gallinas en mole, barbacoa de becerro, arroz con cominos, asado de puerco, etc. El abuelo bailaba y tocaba, en verano su camisa se empapaba, se la quitaba, la exprimía, la tendía para que se secara y tomaba otra. Tres días de fiesta, el menudo en la tornaboda, las cajas de cerveza que iban y venían, los borrachos y los enamorados que se perdían en la confusión del jolgorio y corrían por entre el sembrado de maíz.
Levantaban en medio del patio, previamente barrido y regado, una enramada adornada con flores y palmas como lugar de honor de los novios, sentados tras la mesita que les había servido para firmar el libro del registro, después comer y recibir los saludos de la concurrencia. Los perros corrían contagiados en la alegría de tener tanta comida, panzones, pero aún así siguen tragando. Ya caída la noche, las gallinas duermen en su árbol: el mezquite añoso al lado de la nopalera y el canelo. Nadie se acerca a ese lado para no ser zurrado. Las gallinas están inquietas, tanto ruido las molesta, no saben que las polkas, chotices y redovas son las favoritas de mi abuelo Cruz, no tienen oído musical, mi abuela tampoco, para ella la música era la suma de recuerdos ingratos que le ha hecho pasar su marido. El juego es hábito que destruye hogares y fortunas. Merma y merma. "Pero si la primera cama de latón la gané en una partida", le dijo Cruz a mi abuela.
Total las fiestas hacen que afloren diferencias, que los resentimientos se agolpen y que los reclamos se expresen. En algunas hay muertos, o por lo menos heridos, como cuando mi primo Tuyo le metió un fierro a un canalero en la panza, se lo sacó y se lo dio a mi tío Ramón y le dijo, "tu tambien para andar parejos", mi tío tuvo el buen tino de metérselo en el mismo lugar y no interesó ningún órgano. Huyeron y fueron detenidos, pero el canalero no presentó cargos porque eran los únicos amigos con quienes jugaba conquián a la luz de un quinqué en un puente de canal del "18 de marzo". la imagen forma parte de la colección de postales de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

viernes, 24 de agosto de 2007

la cultura rural norestense y su desvanecimiento gradual.



Parece mentira que de la última región colonizada de México, es de la que menos testimonios documentales tenemos de su vida cotidiana en los ranchos y pequeñas comunidades. Es más, casi no existen de ciudades como Matamoros, Reynosa o Nuevo Laredo. Este espacio podría servir para que quien quiera compartir testimonios orales, documentales y fotográficos y en la medida de nuestro esfuerzo construir un pequeño acervo electrónico que preserve nuestra cultura rural.

Este espacio lo dedico a la memoria de mi abuela Guadalupe Rincón Rodríguez (1895-1976, cuentacuentos incansable que despertó en mi el interés por la vida cotidiana en las rancherías de la Sierra de San Carlos, de la región de Valle Hermoso y Matamoros y del sur de Texas. Que me cuidó en mis vacaciones de verano de una infancia feliz en un rancho del norte tamaulipeco y me enseñó que el más humilde conocimiento es fuente de supervivencia y bienestar.

No es nuestro afán dejar fuera a Nuevo León, Coahuila y Texas, de allá llegaron algunos de nuestros antepasados y parte de la cultura de estas tierras, son bienvenidos a compartir con nosotros esta aventura en la historia.

No necesitamos rigurosidad histórica, solo buena memoria y respeto por la fuente. Vamos pues a empezar.